El arte de contar historias con datos: Cómo diseñar visualizaciones que comunican con impacto

En nuestro equipo de Jupi Digital, a menudo reflexionamos sobre el poder de los datos en la era digital. Mucho se habla hoy sobre dashboards, métricas y análisis, pero la realidad es que, como seres humanos, llevamos analizando nuestro entorno y contando historias con datos desde hace milenios. La tecnología que usamos hoy es increíblemente moderna, pero la esencia de esta práctica es tan antigua como la humanidad misma.

Entonces, ¿qué son realmente las narrativas y por qué son tan importantes? Las narrativas no son más que infografías destinadas a contar una historia. Cada vez que construimos un dashboard, estamos, de hecho, contando una historia. A veces es una única y poderosa historia; otras veces, son varias historias entrelazadas en una misma pantalla. Entender esto es el primer paso para transformar un simple reporte en una herramienta estratégica de alto impacto.

El origen: cuando las piedras contaban historias

Para hablar de narrativas de datos, es inevitable hablar de la evolución humana. Aunque no todos crean en la teoría evolucionista, es un hecho que la humanidad ha evolucionado enormemente a lo largo de los años. Pero, ¿cuándo empezamos a usar historias y datos para comunicarnos y entender el mundo? La respuesta nos lleva mucho más atrás de lo que imaginamos.

Nuestros antepasados ya utilizaban técnicas muy sofisticadas para documentar su día a día en las pinturas rupestres. Estas no eran simples dibujos; eran los primeros dashboards de la historia. Usaban la iconografía para registrar cuántos animales tenían y calcular por cuánto tiempo tendrían alimento. A través de la observación geográfica, identificaban regiones seguras o peligrosas. Utilizaban estadísticas y patrones para saber cuántos recursos necesitarían para el grupo. Lo que hoy llamamos "contar historias con datos" es una práctica que se originó hace miles de años.

Los ingredientes de una narrativa poderosa

 Crear una buena narrativa es un arte que va mucho más allá de presentar un gráfico bonito. Es un conjunto de elementos que trabajan en armonía para comunicar un mensaje de forma clara y efectiva. Si solo mostramos números y colores al azar, nuestra historia será pobre y no logrará captar la atención ni impulsar a la acción.

Para que nuestras historias sean ricas e interesantes, debemos dominar varios recursos:

  • Gráficos, Íconos y Fuentes: Cada tipo de gráfico cuenta una historia diferente. Un gráfico de barras no comunica lo mismo que uno de torta. La elección correcta es fundamental para que una información importante no pase desapercibida. Los íconos, por su parte, añaden un contexto visual inmediato, ayudando a representar conceptos como "bueno" o "malo" de forma intuitiva. Finalmente, las fuentes deben encontrar el equilibrio perfecto entre lo que es bonito y lo que es usable. Una fuente muy elaborada que no se puede leer es inútil.

  • Colores, Teorías y Leyes: Los colores tienen su propio lenguaje. La teoría del color nos ayuda a usar el contraste y la temperatura para guiar la vista del usuario. Además, existen patrones universales que debemos respetar. En cualquier lugar del mundo, el rojo se asocia con peligro o algo negativo, y el verde con algo positivo. Usar un color rojo para representar un buen resultado solo generará confusión en nuestro usuario.

  • Principios Psicológicos para un Diseño Intuitivo: Existen leyes de diseño, como los principios de Gestalt, que nos ayudan a organizar la información de manera que el cerebro la procese fácilmente. El principio de proximidad, por ejemplo, nos dice que los objetos cercanos se perciben como un grupo. Si agrupamos ciertos KPIs, el usuario entenderá que tratan sobre el mismo tema. El principio de similaridad nos enseña que los objetos con el mismo color o forma se entienden como parte de un conjunto, ideal para clasificar información.

La identidad visual: el sello de confianza 

Uno de los aspectos más subestimados en la creación de narrativas de datos es la personalización de la marca. ¿Por qué es tan importante? Porque cuando un usuario ve un reporte con los colores, fuentes y logos de su propia compañía, inmediatamente lo percibe como algo corporativo, oficial y, sobre todo, confiable.

Este simple acto crea una conexión instantánea y aumenta drásticamente la adopción de la herramienta. Si trabajamos para un banco cuya marca es roja, no podemos usar el azul de la competencia. Las personas se identifican con los colores. Por eso, siempre debemos tomarnos el tiempo de investigar la identidad visual de la empresa y aplicarla a nuestras narrativas. Esto transforma un reporte genérico en una pieza de comunicación estratégica que se siente parte del ecosistema de la compañía.

Llevando el diseño al siguiente nivel

 Las herramientas de visualización de datos son potentes, pero a veces tienen limitaciones de diseño. Para crear algo verdaderamente profesional y con un visual impactante, no debemos tener miedo de combinar plataformas. Herramientas como Canva, Figma o incluso PowerPoint son excelentes aliadas.

Nuestro método consiste en diseñar una plantilla o un fondo visualmente atractivo en una de estas herramientas, utilizando todos los elementos de la marca que ya hemos identificado. Luego, exportamos ese diseño como una imagen de alta calidad y la usamos como fondo en nuestra narrativa de datos. Encima de ese fondo, colocamos nuestros gráficos y KPIs. El resultado es una presentación que no solo es funcional, sino también visualmente espectacular y profesional.

La estructura de toda gran historia

 Finalmente, no debemos olvidar que toda narrativa, sin importar el formato, necesita una estructura clara: un inicio, un medio y un fin. Debemos guiar a nuestro público a través de un viaje.

  • Inicio: ¿Qué pasó? Presentamos el contexto y los datos principales.

  • Medio: ¿Por qué pasó? Profundizamos en las causas y analizamos los factores clave.

  • Fin: ¿Qué vamos a hacer? Proponemos acciones y soluciones basadas en los hallazgos.

Esta estructura transforma un conjunto de datos en una historia coherente y procesable, que es el objetivo final de cualquier análisis.

En definitiva, dominar el arte de las narrativas de datos implica tener una visión multidisciplinar. No basta con ser un experto técnico en el backend; también debemos ser excelentes comunicadores en el frontend. Al combinar un análisis de datos robusto con un diseño consciente y estratégico, dejamos de ser simples analistas para convertirnos en verdaderos contadores de historias que impulsan el cambio y generan un valor incalculable para las empresas.

Última actualización 07/2025

 

 

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